Diplomacia en Europa y La guerra civil


Diplomacia en Europa

Siguió prestando servicios a la causa argentina en el plano diplomático. Entre 1814 y 1815 viajó, con riesgo para su vida, tanto por estar enfermo como por ser considerado un súbdito rebelde, a Europa para negociar el reconocimiento de la independencia ante las potencias del Viejo Mundo, aunque sin obtener resultados.
Estatua ecuestre, en Plaza de Mayo rinde homenaje a Belgrano desde 1873.
Fue enviado junto con Rivadavia a Londres, para negociar con el gobiernoinglés y con el rey de España. No es seguro qué actitud debían tomar respecto de éste, si conseguir la independencia o reconocerlo como monarca constitucional. Rivadavia llevaba instrucciones secretas que Belgrano no conocía: negociar preferentemente con Londres y ofrecer la corona del Reino del Río de la Plata a un príncipe español o inglés. De paso por Río de Janeiro, se entrevistaron con lord Strangford, el embajador inglés. También estaba en esa ciudad Manuel José García, enviado por Alvear para negociar otras opciones; entre ellas, la incorporación a Inglaterra como colonia.
Llegados a Londres, no lograron entrevistarse con el canciller Castlereagh. Temiendo quedar aislados, intentaron coronar al príncipe Francisco de Paula de Borbón, un hermano de Fernando VII, con la colaboración del ex rey Carlos IV. Incluso Belgrano redactó un proyecto de constitución, casi copiada de la inglesa, con su cámara de Nobles, de Comunes, y su nobleza.20
Es en ese viaje que observó la feroz hostilidad de casi todos los gobiernos europeos de entonces a los estados republicanos o democráticos. Se trataba de la época de la Santa Alianza en Europa. Esto explica que a su regreso de la misión en Europa, a mediados de 1815 haya propuesto, como San Martín y por idénticos motivos, un gobierno de transición que fuera del tipo monárquico constitucional.
Su propuesta implicaba una monarquía casi nominal que ofrecía el trono a los descendientes de los Incas; muy probablemente según esos proyectos el título correspondería a Juan Bautista Condorcanqui Túpac Amaru, único hermano sobreviviente conocido de Túpac Amaru II,21 y un gobierno efectivo de tipo parlamentario, con el objeto de lograr el pronto reconocimiento a nivel internacional de la independencia argentina. Esta propuesta fue ridiculizada por sus contemporáneos. Sin embargo, habría obedecido a un inteligente cálculo por parte de Belgrano: la oferta de la corona a los Incas buscaba atraer la adhesión de las poblaciones de las actuales zonas andinas de Bolivia, Perú y Ecuador al movimiento emancipatorio que se gestaba desde Argentina.
Fue, con San Martín y Bernardo de Monteagudo, uno de los principales promotores de la declaración definitiva de la independencia argentina en San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816.

La guerra civil

Al llegar a Buenos Aires fue puesto a cargo del ejército de operaciones contra los federales de provincia de Santa Fe, en reemplazo deJuan José Viamonte. Éste estaba sitiando la villa de Rosario. Su segundo era Eustoquio Díaz Vélez, el mismo que había sido su segundo en Tucumán, Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Lo envió a exigir rendición a los santafesinos, pero éste -tratando de evitar una guerra civil- acordó el llamado Pacto de Santo Tomé con el gobernador Mariano Vera, en abril de 1816. Por este tratado depuso a Belgrano como jefe del ejército, colocándose él mismo en su lugar. Esta rebelión de Díaz Vélez provocó la caída del director Ignacio Álvarez Thomas. Pocos días más tarde, una comisión porteña integrada - entre otros - por Díaz Vélez firmaría un nuevo tratado con Santa Fe, que terminaría por ser dejado de lado por el nuevo Director, Antonio González Balcarce, y por el Congreso de Tucumán, provocando que el caudillo federal José Artigas y el gobierno de Santa Fe se negaran a enviar diputados de los pueblos del litoral al Congreso que declararía la Independencia Argentina.22
En agosto de 1816 se hizo cargo nuevamente del Ejército del Norte; pero no pudo organizar una cuarta expedición al Alto Perú, como era su sueño. Sólo alcanzó a enviar al teniente coronel La Madrid en una campaña menor, en marzo de 1817, hasta las cercanías deTarija. Pero La Madrid, después de una pequeña victoria, y con apenas 400 hombres, atacó Chuquisaca por sorpresa. Fue derrotado y tuvo que huir por la sierra y la selva, volviendo a Tucumán por el camino de Orán.23
También en 1817, por orden del Congreso de Tucumán, envió a sus mejores tropas a aplastar la revolución federal de Santiago del Estero, acaudillada por Juan Francisco Borges, quien fue capturado por Aráoz de La Madrid. Al saber de la prisión de Borges, Belgrano — que originalmente había ordenado su fusilamiento — le indultó; pero Lamadrid ya había fusilado a su rival santiagueño.
Tras esto, Manuel Belgrano pasó dos años acantonado en la rústica fortaleza de La Ciudadela, a un par de kilómetros al sudoeste de la Plaza Mayor de la ciudad de San Miguel de Tucumán, sin recursos para seguir la guerra, y tratando de contrarrestar los posibles contraataques de los españoles y realistas.
Se le ordenó repetidas veces utilizar divisiones del Ejército del Norte contra los federales de Santa Fe. Envió contra ellos al coronelJuan Bautista Bustos, que no logró doblegar la resistencia del caudillo santafesino Estanislao López.24 Si bien no combatió personalmente a los federales, y continuamente se quejaba al gobierno de la inutilidad de esa guerra, advirtiendo a las autoridades establecidas en Buenos Aires que la población de las provincias estaban descontentas del centralismo:
"Hay mucha equivocación en los conceptos: no existe tal facilidad de concluir esta guerra; si los autores de ella no quieren concluirla, no se acabará jamás... El ejército que mando no puede acabarla, es un imposible. Su único fin debe ser por un avenimiento... o veremos transformarse el país en puros salvajes..."25
A mediados de 1819, cuando estaba ya muy enfermo, el general Rondeau, nuevo Director Supremo, ordenó que el Ejército del Norte y el de Los Andes abandonaran la lucha contra los realistas para aplastar las rebeldías provinciales. San Martín sencillamente ignoró la orden, mientras Belgrano obedecía a medias: ordenó a sus tropas iniciar la marcha hacia el sur, pero pidió licencia por enfermedad y delegó el mando en su segundo, Francisco Fernández de la Cruz.
Se instaló en Tucumán, pero a poco de llegar fue sorprendido por un motín en esa provincia, que llevó al gobierno a su viejo conocido Bernabé Aráoz, y terminó con el general en prisión. Su médico particular, el escocés Joseph Redhead - a quien había conocido después de la batalla de Tucumán y que lo había acompañado desde entonces - tuvo que interceder por él para que no fuera encadenado. Fue también él quien preparó su viaje a Buenos Aires.26
La provincia de Tucumán negó su obediencia al Directorio. Dos meses más tarde, también el Ejército del Norte se negaría a apoyar al gobierno central contra los federales: al llegar a Santa Fe, el general Bustos dirigió el llamado motín de Arequito, y el Ejército del Norte fue disuelto.25

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